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Muchas pieles incluso normales, sin problemas de resequedad o grasa tienen un aspecto cansado y apagado. Esto porque, aunque nos protegemos con ropa y productos de cuidado corporal, nuestra piel está expuesta a lo que en LeeLoo Personal Care llamamos los villanos de la belleza: exposición a los rayos UVA, UVB y la contaminación. Por eso es que desarrollar una rutina de belleza es tan importante. Hoy hablaremos de dos pasos: la exfoliación y la hidratación de la piel.
Es importante que identifiques primero tu tipo de piel. En nuestro blog tenemos aquí una entrada sobre el tema.
Para las pieles secas, lo que recomendamos es que este proceso se realice solo una o dos veces al mes. Para las pieles grasas, podemos intensificar un poco más, cada siete o 10 días.
Algo muy importante y que pocas personas saben sobre algunos exfoliantes que encuentras en el mercado, es que las partículas que ayudan a eliminar las células muertas y que uno ve como pequeñas bolitas, son comúnmente de silicona. Algo que contamina nuestras fuentes fluviales porque no se disuelven y se van a los mares directo por el drenaje y además son materiales sintéticos que poco le ayudan a la piel.
Tampoco es recomendado usar sales, arenas o azúcares como popularmente se cree porque estos granos son muy pesados y arañan la piel, muchas veces rasgándola.
Nuestros exfoliantes están libres de estas bolas de silicona, los de Burt’s Bees que son de uso facial: contienen trozos de las semillas del durazno que naturalmente y junto con sus demás ingredientes; como ciruela kakadu, acal y carbón purifican la piel y refinan suavemente los poros.
Y los de ÖZÜ Cosmética que son de uso corporal, contienen extractos de caléndula, cola de caballo, centella asiática y manzanilla, que juntos ayudan a mejorar las imperfecciones de la piel por sus propiedades astringentes, antiinflamatorias, antisépticas y cicatrizantes. Estos se pueden usar dos veces a la semana en todo el cuerpo para lograr una piel más suave y brillante.
Lo primero es aclarar cuál es la diferencia entre hidratar y humectar.
Nuestra piel tiene una capacidad de retener agua para que su apariencia sea vital, joven y tersa. Cuando mi piel necesita hidratarse es porque he perdido la capacidad de retener la humectación natural. Es decir, la primera capa de la piel se ha debilitado y no mantiene el agua y los nutrientes.
La humectación se da cuando mi piel necesita que yo le agregue nutrientes y agua porque ha perdido su capacidad natural de hidratación.
Resumen: Al humectar agrego – Al hidratar retengo
No, tal vez lo más importante o por donde recomendamos empezar, a la hora de seleccionar un producto para la piel, es por revisar que éste no contenga derivados del petróleo, ya que estos contaminan el planeta, son nocivos para la salud y generan dependencia.
Es por eso, y pasa mucho con los bálsamos labiales, las personas dicen es que, si no se aplican, los labios se parten. Eso sucede cuando el producto en vez de reponer o nutrir, está generando una dependencia.
Lo siguiente es ver los ingredientes, todos te deben sonar conocidos: manteca de cacao, manteca de karité, leche, almendras, avena, jojoba, aceite o leche de coco. Si al leer la etiqueta sientes que te hablan en otro idioma, ese no es.
Por último, recuerda que el éxito de cualquier rutina de belleza o cuidado personal depende de la constancia y que solo tenemos una piel, así que: cuídala, ámala, mímala.
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